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Psicomotricidad

Ejercicios de estimulación respetando el ritmo de aprendizaje del niñ@... 

Practica psicomotriz educativa (preventiva)

Los infantes a través de sus acciones corporales:

como jugar, saltar, manipular objetos, etc., consiguen situarse en el mundo y adquieren intuitivamente los aprendizajes necesarios para desarrollarse en la escuela y en la vida.

 

De esta forma lúdica y casi sin enterarse trabajan conceptos relativos al espacio (arriba/abajo, delante/detrás, derecha/izquierda…), al tiempo (rapidez, ritmo, duración…), destrezas motrices necesarias para el equilibrio, la vista, la relación con otros niños, etc., con los consiguientes efectos sobre la mejor capacitación y emergencia de la escritura, la lectura y las matemáticas, indispensables hoy en día para el éxito académico.

Psicomotricidad relacional y vivencias..

La psicomotricidad se basa en el juego libre y su objetivo principal es que los niños lo pasen bien.

 

Para que ese juego sea seguro, se les ofrece un espacio adecuado, para que puedan expresarse sin peligro a  hacerse daño y jueguen a y con lo que quieran.

 

Un lugar adecuado para desarrollar la motricidad: saltar, caerse, gritar, correr, desarrollar el equilibrio… y también tendrán la oportunidad de desarrollar relaciones personales, tanto con la psicomotricista como con los demás niños.El material de juego que se les ofrece es neutro, para que pueda ser polivalente, dependiendo de lo que tenga que representar en el juego de cada niño (un palitroque puede ser un caballo, o un palo, o un rodillo, o un remo…).

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La psicomotricista juega al mismo nivel que los niños, en el suelo, estando totalmente disponible para cualquier juego que los niños quieran realizar. Se trata de dejar que el niño conecte con su propio deseo y lo exprese mediante el juego, permitiendo así que sienta placer con lo que hace. 

 

En su juego, el niño refleja los problemas y conflictos que le suceden en su día a día.

 

A través del juego aparecen sus dificultades, emociones y sentimientos y, en la medida de lo posible, la psicomotricista le ayudará a expresarlos y a sentirlos, y el niño las podrá trabajar y superar.

 

Jugará como quiera y a lo que quiera, sin que ningún adulto guíe su expresión y deseo.

 

Este tipo de trabajo permite a los niños expresar la alegría, la pena, el enfado, la agresividad, así como otras emociones y sentimientos.

 

Aunque en la sociedad la agresividad muchas veces se mezcla con la violencia, en psicomotricidad, es entendida como una pulsión vital a la que hay que dar salida, ayudando así a un equilibrado desarrollo emocional del individuo.

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